LA PSICOMOTRICIDAD

 LA PRÁCTICA DE LA PSICOMOTRICIDAD COMO MEDIO DE APRENDIZAJE

Hemos oído hablar muchas veces de la importancia de la psicomotricidad fina y gruesa, así que hoy vamos a hablar sobre ello.

La psicomotricidad en los niños y niñas, engloba todos los factores físicos y psicológicos implicados en el desarrollo infantil, que pautan la evolución y crecimiento en los pequeños/as.

El término psicomotricidad se divide en dos términos:

- Psico, que es psicología.

- Motriz, que es motricidad.

Cuando hablamos de psicología nos referimos a la personalidad, autoestima, emociones...etc y cuando hacemos referencia a la motricidad englobamos el tener conciencia de su cuerpo, equilibrio, manipular objetos...

Existen dos tipos de motricidad. La que se llama fina y gruesa.

    - motricidad fina se centra en los movimientos realizados con partes concretas del cuerpo como por ejemplo utilizar las manos para colorear, puntear o lanzar.

    - motricidad gruesa hace que controlemos y coordinemos movimientos que abarcan el propio cuerpo como por ejemplo nos permite andar, correr o bailar.

Por tanto, en los primeros años de la educación de los niños y niñas todo el conocimiento, el aprendizaje, parte de la propia acción del niño o niña sobre el medio y los demás.

Viendo la importancia que tiene esto, desde las Ludotecas municipales, lo fomentamos día a día ¿Cómo lo hacemos? Realizando todo tipo de juegos que nos ayudan a ello. Vosotros/as en casa también podéis realizar. os proponemos algunos ejemplos:

    - Cuentos motores: son cuentos en los que al narrar una historia, tenemos que ir haciendo lo que en ella se va relatando, los niños/as pasan a ser protagonistas de la historia. Es u cuento jugado, un cuento vivenciado de manera colectiva reforzando su imaginación.

   

    - Bailamos:El baile ayuda a gestionar las emociones mejorando el estado de ánimo, potenciando la alegría y positividad, ayudando a superar la timidez y reducir la tensión.

Os proponemos dos canciones para mover el esqueleto.

        

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    - Circuitos: la psicomotricidad gruesa es imprescindible que los niños y niñas vayan mejorando su conducta motriz, jueguen con la velocidad, la energía, la duración, etc. Además se dan cuenta de que su cuerpo no es un bloque, tiene brazos, piernas, un tronco, una cabeza, hombros...y pueden utilizarlos indistintamente, haciéndolos girar en todos los sentidos.

Incluimos este vídeo con algún ejemplo que podéis hacer con materiales caseros.

    - Hacemos sombras: se pueden contar historias con sombras utilizando nuestro propio cuerpo, comunicando con el cuerpo podemos transmitir emociones.

Lo único que necesitamos es una sábana y un foco de luz detrás para proyectarlo.

Entre los juegos comerciales podemos destacar:

            - Twister: clásico de los juegos en grupo, que nos permite echarnos unas buenas risas mientras intentamos hacer posiciones con nuestro cuerpo. 

El objetivo el juego es conseguir poner el pie y la mano en el lugar indicado sin dejar que el cuerpo toque el suelo.

             - Paracaídas: es una gran tela sintética, muy sólida , con asas para poder cogerla. Sirve de soporte para numerosos juegos y momentos de intercambio, motivando la cooperación entre los jugadores. 

Por último basándonos en la pedagogía Montessori que trabaja las distintas áreas de conocimiento de manera sensorial para adaptar el proceso de aprendizaje a las necesidades específicas de los niños y niñas durante la primera infancia, os proponemos una alternativa para trabajar la psicomotricidad fina, juegos de pre-escritura que les prepara a los niños y niñas para la posterior etapa de lectoescritura. Siendo quizás el más conocido de ellos, la famosa bandeja de arena. Una actividad muy sencilla, efectiva (¡y divertida!) que consiste en realizar trazos con los dedos en la arena, azúcar, harina,...contenida en una bandeja.