El desarrollo de la motricidad fina de los niños y niñas va ligado a su desarrollo madurativo.
Primero, descubren sus piernas, brazos o pies desarrollando así su motricidad gruesa para después adquirir un movimiento voluntario de sus manos y dedos, su motricidad fina, tan importante en los aprendizajes durante su primera etapa.
Trabajar la coordinación óculo-manual desde bien pequeños, estimulando los músculos y dedos para mejorar la precisión, favorece el desarrollo de las actividades cotidianas (vestirse, abrocharse los botones, utilizar correctamente los cubiertos....), mejorando su autonomía en la realización de actividades más complejas.
Por ello os proponemos dos actividades sencillas con materiales que tenemos en casa.
Caja de colores:
Consiste en colocar cada pinza en el lado del color correspondiente.
Materiales:
- caja de cartón
- pinturas
- pinzas de colores
Reno de colores:
Debemos colocar cada pompón dentro del reno con la nariz del mismo color utilizando nuestra pinza de agarre.
Materiales:
- rollos de papel
- cartulinas
- una pinza
- dos palos depresores
- pompones de colores
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